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¿Tiene el Parkinson un origen digestivo?

El Parkinson es una patología neurodegenerativa progresiva caracterizada por la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra. Pese a que los síntomas más reconocidos son las manifestaciones motoras como temblores, rigidez y bradicinesia, existen síntomas digestivos que a menudo preceden el desarrollo de dicha sintomatología, por ejemplo el estreñimiento. Desde hace algunos años distintos estudios han hallado proteínas patológicas (alfa sinucleína) a nivel intestinal, lo que ha conducido a la hipótesis de que el Parkinson tiene su origen en el sistema digestivo.

Un estudio reciente realizado en Estados Unidos (Chang et al., 2024) investigó la asociación entre el daño en la mucosa del tracto gastrointestinal superior y el riesgo de desarrollar Parkinson. Para ello, se evaluó una cohorte de más de 9.000 adultos con historial clínico de endoscopia digestiva sin diagnostico previo de Parkinson. Se identificó el daño en la mucosa (definido como erosiones, esofagitis, úlceras o lesiones pépticas confirmadas por endoscopia o biopsia), y se comparó con controles anidados 1:3 que mostraban ausencia de estos daños.

Los resultados mostraron que el daño en la mucosa se relacionó con un riesgo de Parkinson cuatro veces mayor (RR), mediado en parte por enfermedad por reflujo gastroesofágico e infección por Helicobacter pylori, pero también asociado a estreñimiento, disfagia y la edad. Ajustando los factores, el daño en la mucosa seguía mostrando un aumento del riesgo de 1.76 (HR Cox ajustado). No se hallaron asociaciones significativas con el uso crónico de antiinflamatorios o el tabaquismo. El intervalo promedio entre la identificación del daño en la mucosa y el diagnóstico de Parkinson fue largo, lo que sugiere un periodo prodrómico extenso.

Estos hallazgos ofrecen un marco novedoso para comprender cómo las alteraciones gastrointestinales pueden estar relacionadas con los procesos neurodegenerativos del Parkinson. El daño acumulativo en la mucosa gastrointestinal superior podría facilitar mecanismos como el mal plegamiento de alfa-sinucleína en el tracto digestivo, desencadenando una cascada patológica aferente hacia el sistema nervioso central. Además, una señalización dopaminérgica alterada de forma temprana podría aumentar la susceptibilidad al daño en la mucosa, dado que participa en funciones gástricas, perpetuando un ciclo inflamatorio progresivo en el sistema nervioso entérico. El estreñimiento o la disfagia no solo podrían ser síntomas tempranos de Parkinson, sino que formarían parte de una alteración neurobiológica recíproca. Desde una perspectiva clínica, esta por ver si el tratamiento del daño en la mucosa del tracto gastrointestinal superior y de infecciones como las de Helicobacter pylori pudieran disminuir el riesgo futuro de Parkinson. No obstante, las limitaciones del diseño retrospectivo y la dependencia de registros clínicos requieren estudios prospectivos más amplios y detallados para confirmar estas asociaciones y explorar posibles intervenciones preventivas.
Referencias:
Chang, J. J. et al, 2024. Upper gastrointestinal mucosal damage and subsequent risk of Parkinson disease. JAMA Network Open, 7(9), e2431949. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2024.31949

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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