Nutrición
Ayuno intermitente protéico puede reducir la grasa corporal por encima de una dieta hipocalórica
Existe controversia sobre si la distribución de un déficit calórico de forma intermitente puede presentar ventajas respecto a un déficit calórico continuado. Algunos estudios sugieren que el ayuno intermitente puede ofrecer una mayor preservación de la masa muscular, una mayor disminución de grasa visceral, y mejoras metabólicas en la sensibilidad a la insulina o la microbiota respecto a dietas hipocalóricas. Sin embargo, hay resultados conflictivos que están motivando la realización de nuevos estudios.
Un ensayo clínico reciente (Mohr et al., 2024) investigó el efecto del ayuno intermitente junto con una ingesta protéica alta y distribuida de forma proporcional en las distintas comidas (protein pacing). Se reclutaron 41 participantes de entre 30 y 65 años con sobrepeso u obesidad, a quienes se les realizó una intervención dietética durante 8 semanas. Un grupo realizó una restricción calórica continua con un 21% de proteína, mientras que el otro grupo realizó un ayuno intermitente calóricamente equivalente con un 35% de proteína, realizando 1 o 2 días de ingesta calórica muy reducida, alternado con días normocalóricos en los que la ingesta de proteína se distribuyó de manera uniforme en las comidas.
Los resultados mostraron que el grupo de ayuno intermitente con una ingesta proteica alta y uniforme mostró una reducción en el peso corporal y la masa grasa superior a la del grupo de restricción calórica continua, incluída la masa grasa abdominal y visceral. Adicionalmente, la masa magra aumentó en el grupo de ayuno intermitente casi el doble en comparación con el grupo de restricción calórica continua. Asimismo, se registraron aumentos en citoquinas relacionadas con la lipólisis, la pérdida de peso, la inflamación y la respuesta inmunitaria, así como metabolitos asociados con la movilización y oxidación de ácidos grasos. Adicionalmente, hubo un aumento en la diversidad del microbioma intestinal asociado con la salud metabólica en comparación con el grupo de restricción calórica. Los análisis revelaron que los mayores respondedores presentaban niveles más elevados de Collinsella SGB14861 y Clostridium leptum, relacionados con el metabolismo de lípidos, la pérdida de peso y efectos antiinflamatorios, por lo que algunas de las respuestas pueden estar mediadas por la microbiota.
En conclusión, este estudio sugiere que el ayuno intermitente combinado con una ingesta proteica optimizada podría ser una estrategia dietética para el manejo del sobrepeso y la obesidad. No es novedoso el impacto de la proteína en un déficit calórico, y resulta obvio preguntarse si habría existido tanta diferencia si el grupo sometido a un déficit calórico continuado hubiese tenido una condición isonitrogenada respecto al grupo de ayuno intermitente. Sin embargo, el estudio muestra que pueden realizarse intervenciones superiores a una mera dieta hipocalórica con mejor resultado y sin estar a dieta cada día, lo cual es mejor tolerado por muchas personas.
Un ensayo clínico reciente (Mohr et al., 2024) investigó el efecto del ayuno intermitente junto con una ingesta protéica alta y distribuida de forma proporcional en las distintas comidas (protein pacing). Se reclutaron 41 participantes de entre 30 y 65 años con sobrepeso u obesidad, a quienes se les realizó una intervención dietética durante 8 semanas. Un grupo realizó una restricción calórica continua con un 21% de proteína, mientras que el otro grupo realizó un ayuno intermitente calóricamente equivalente con un 35% de proteína, realizando 1 o 2 días de ingesta calórica muy reducida, alternado con días normocalóricos en los que la ingesta de proteína se distribuyó de manera uniforme en las comidas.
Los resultados mostraron que el grupo de ayuno intermitente con una ingesta proteica alta y uniforme mostró una reducción en el peso corporal y la masa grasa superior a la del grupo de restricción calórica continua, incluída la masa grasa abdominal y visceral. Adicionalmente, la masa magra aumentó en el grupo de ayuno intermitente casi el doble en comparación con el grupo de restricción calórica continua. Asimismo, se registraron aumentos en citoquinas relacionadas con la lipólisis, la pérdida de peso, la inflamación y la respuesta inmunitaria, así como metabolitos asociados con la movilización y oxidación de ácidos grasos. Adicionalmente, hubo un aumento en la diversidad del microbioma intestinal asociado con la salud metabólica en comparación con el grupo de restricción calórica. Los análisis revelaron que los mayores respondedores presentaban niveles más elevados de Collinsella SGB14861 y Clostridium leptum, relacionados con el metabolismo de lípidos, la pérdida de peso y efectos antiinflamatorios, por lo que algunas de las respuestas pueden estar mediadas por la microbiota.
En conclusión, este estudio sugiere que el ayuno intermitente combinado con una ingesta proteica optimizada podría ser una estrategia dietética para el manejo del sobrepeso y la obesidad. No es novedoso el impacto de la proteína en un déficit calórico, y resulta obvio preguntarse si habría existido tanta diferencia si el grupo sometido a un déficit calórico continuado hubiese tenido una condición isonitrogenada respecto al grupo de ayuno intermitente. Sin embargo, el estudio muestra que pueden realizarse intervenciones superiores a una mera dieta hipocalórica con mejor resultado y sin estar a dieta cada día, lo cual es mejor tolerado por muchas personas.
Mohr, A.E et al. Gut microbiome remodeling and metabolomic profile improves in response to protein pacing with intermittent fasting versus continuous caloric restriction. Nat Commun 15, 4155 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-024-48355-5
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.