Nutrición
Efecto potencial de nutrientes en el rendimiento mitocondrial
La falla bioenergética del músculo esquelético está asociada con la debilidad adquirida en la UCI.
La producción de ATP disminuye significativamente durante la enfermedad crítica. Esta disminución es mayor todavía en aquellos pacientes que, al final, no logran sobrevivir. El funcionamiento mitocondrial adecuado es esencial para la supervivencia.
La hiperglucemia, hipertrigliceridemia, elevación de lactato y de ácidos grasos libres, son indicadores importantes en el metabolismo en pacientes críticos. Este equilibrio entre los sustratos de energía no solo se altera durante las etapas críticas de la enfermedad, sino que puede continuar en la fase de recuperación.
Por ejemplo, un estudio reciente encontró que los pacientes que sobrevivieron a una quemadura grave no mostraron capacidad para utilizar la grasa para obtener energía en los músculos meses después del alta de la UCI.
En esta revisión los investigadores se centraron en buscar evidencia en la suplementación de nutrientes y otros compuestos para la mejora del equilibrio bioenergético tanto en la fase aguda, donde los pacientes se encuentran en la UCI, así como en la fase de recuperación.
Varias vitaminas son necesarias para el funcionamiento mitocondrial, ya sea como cofactores en el metabolismo energético y/o actuando como antioxidantes. En este estudio se centran, en especial, en el grupo B, vitaminas C y E.
También se han analizado otros compuestos: Selenio, Zinc, coenzima Q10, cafeína, melatonina, carnitina, Nitrato (mejora en recuperación pero no es aconsejable durante la fase aguda) y ácido lipoico.
El resultado de esta revisión indica que todos estos componentes forman una red compleja, lo que hace necesario destacar que el funcionamiento bioenergético mitocondrial será óptimo cuando los sustratos y cofactores en esta red estén disponibles en combinaciones óptimas.
Las deficiencias combinadas son probablemente más comunes que las de un solo nutriente y, por lo tanto, la investigación de las deficiencias combinadas y el papel de la suplementación combinada serán de gran interés. En consecuencia, es difícil sacar conclusiones sobre los efectos de un solo nutriente en el proceso de fosforilación oxidativa, ya que muchos nutrientes cooperan en las vías metabólicas. Es probable que la suplementación con un nutriente no mejore los efectos posteriores cuando hay una deficiencia de otro micronutriente.
Los investigadores concluyen que, en conjunto, la evidencia de que el deterioro de la función bioenergética mitocondrial en el músculo juega un papel crucial en la determinación de la recuperación de una enfermedad crítica, es convincente.
Sin embargo, los niveles de nutrientes en plasma pueden ser bajos durante la enfermedad crítica debido al aumento de las pérdidas a través de los fluidos corporales y al aumento de la permeabilidad del endotelio, la redistribución, la unión a proteínas alterada y la ingesta inadecuada. Como consecuencia, es probable que sus niveles plasmáticos no reflejan el almacenamiento de tejidos de micronutrientes durante una enfermedad crítica. Esto hace que sea aún más difícil interpretar las asociaciones encontradas.
La producción de ATP disminuye significativamente durante la enfermedad crítica. Esta disminución es mayor todavía en aquellos pacientes que, al final, no logran sobrevivir. El funcionamiento mitocondrial adecuado es esencial para la supervivencia.
La hiperglucemia, hipertrigliceridemia, elevación de lactato y de ácidos grasos libres, son indicadores importantes en el metabolismo en pacientes críticos. Este equilibrio entre los sustratos de energía no solo se altera durante las etapas críticas de la enfermedad, sino que puede continuar en la fase de recuperación.
Por ejemplo, un estudio reciente encontró que los pacientes que sobrevivieron a una quemadura grave no mostraron capacidad para utilizar la grasa para obtener energía en los músculos meses después del alta de la UCI.
En esta revisión los investigadores se centraron en buscar evidencia en la suplementación de nutrientes y otros compuestos para la mejora del equilibrio bioenergético tanto en la fase aguda, donde los pacientes se encuentran en la UCI, así como en la fase de recuperación.
Varias vitaminas son necesarias para el funcionamiento mitocondrial, ya sea como cofactores en el metabolismo energético y/o actuando como antioxidantes. En este estudio se centran, en especial, en el grupo B, vitaminas C y E.
También se han analizado otros compuestos: Selenio, Zinc, coenzima Q10, cafeína, melatonina, carnitina, Nitrato (mejora en recuperación pero no es aconsejable durante la fase aguda) y ácido lipoico.
El resultado de esta revisión indica que todos estos componentes forman una red compleja, lo que hace necesario destacar que el funcionamiento bioenergético mitocondrial será óptimo cuando los sustratos y cofactores en esta red estén disponibles en combinaciones óptimas.
Las deficiencias combinadas son probablemente más comunes que las de un solo nutriente y, por lo tanto, la investigación de las deficiencias combinadas y el papel de la suplementación combinada serán de gran interés. En consecuencia, es difícil sacar conclusiones sobre los efectos de un solo nutriente en el proceso de fosforilación oxidativa, ya que muchos nutrientes cooperan en las vías metabólicas. Es probable que la suplementación con un nutriente no mejore los efectos posteriores cuando hay una deficiencia de otro micronutriente.
Los investigadores concluyen que, en conjunto, la evidencia de que el deterioro de la función bioenergética mitocondrial en el músculo juega un papel crucial en la determinación de la recuperación de una enfermedad crítica, es convincente.
Sin embargo, los niveles de nutrientes en plasma pueden ser bajos durante la enfermedad crítica debido al aumento de las pérdidas a través de los fluidos corporales y al aumento de la permeabilidad del endotelio, la redistribución, la unión a proteínas alterada y la ingesta inadecuada. Como consecuencia, es probable que sus niveles plasmáticos no reflejan el almacenamiento de tejidos de micronutrientes durante una enfermedad crítica. Esto hace que sea aún más difícil interpretar las asociaciones encontradas.
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