Medicina
Microbiota como moduladora del ritmo circadiano y salud metabólica
El metabolismo humano se adapta a un ritmo circadiano de 24 horas, sincronizado con el ciclo de luz y oscuridad de la Tierra. Este ritmo está orquestado por el reloj central del cerebro en el núcleo supraquiasmático hipotalámico, que sincroniza los relojes periféricos en el resto del cuerpo. Las señales cerebrales arrastran los relojes periféricos, incluyendo aquellos en el intestino.
Las bacterias intestinales también muestran fluctuaciones diurnas en su abundancia y funciones. Los comportamientos del huésped, como el sueño, la dieta (composición y momento de la ingesta), la exposición a la luz y los estimulantes (por ejemplo, la cafeína), pueden afectar los ritmos intestinales del metabolismo.
El intestino influye en nuestro estado energético mediante el control de funciones fisiológicas como la digestión, la absorción de alimentos y el vaciamiento gástrico, actividades que también están reguladas por los genes del reloj. El microbioma intestinal codifica aproximadamente 5 millones de genes, que es unas 100 veces mayor que el genoma humano.
La evidencia reciente sugiere que la microbiota intestinal influye en los ritmos circadianos, impactando la homeostasis metabólica del huésped. El régimen de alimentación afecta las oscilaciones diurnas tanto en los relojes corporales como en la microbiota intestinal residente. Se ha observado variación diurna en varias especies microbianas.
Los autores concluyen que manipular el microbioma podría ser una estrategia prometedora para restablecer el ritmo circadiano y la homeostasis metabólica del huésped. Dado que muchos componentes de los alimentos pueden alterar la composición y las funciones microbianas del intestino, es posible que la manipulación de la calidad, cantidad o el momento de la ingesta de alimentos regule el ritmo circadiano y la salud metabólica a través de las bacterias intestinales.
Las bacterias intestinales también muestran fluctuaciones diurnas en su abundancia y funciones. Los comportamientos del huésped, como el sueño, la dieta (composición y momento de la ingesta), la exposición a la luz y los estimulantes (por ejemplo, la cafeína), pueden afectar los ritmos intestinales del metabolismo.
El intestino influye en nuestro estado energético mediante el control de funciones fisiológicas como la digestión, la absorción de alimentos y el vaciamiento gástrico, actividades que también están reguladas por los genes del reloj. El microbioma intestinal codifica aproximadamente 5 millones de genes, que es unas 100 veces mayor que el genoma humano.
La evidencia reciente sugiere que la microbiota intestinal influye en los ritmos circadianos, impactando la homeostasis metabólica del huésped. El régimen de alimentación afecta las oscilaciones diurnas tanto en los relojes corporales como en la microbiota intestinal residente. Se ha observado variación diurna en varias especies microbianas.
Los autores concluyen que manipular el microbioma podría ser una estrategia prometedora para restablecer el ritmo circadiano y la homeostasis metabólica del huésped. Dado que muchos componentes de los alimentos pueden alterar la composición y las funciones microbianas del intestino, es posible que la manipulación de la calidad, cantidad o el momento de la ingesta de alimentos regule el ritmo circadiano y la salud metabólica a través de las bacterias intestinales.
Parkar, S.G.; Kalsbeek, A.; Cheeseman, J.F. Potential Role for the Gut Microbiota in Modulating Host Circadian Rhythms and Metabolic Health. Microorganisms 2019, 7, 41. https://doi.org/10.3390/microorganisms7020041
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.