Nutrición
El alto consumo de bebidas energéticas afecta negativamente a la salud cardiovascular.
Las bebidas energéticas, ampliamente consumidas entre los adolescentes, se han asociado con un aumento en las emergencias médicas y la mortalidad. En los Estados Unidos, se estima que aproximadamente el 30% de los adolescentes entre 12 y 17 años consumen estas bebidas de manera regular. A pesar de ser promovidas como suplementos que mejoran el rendimiento y la cognición, las bebidas energéticas presentan numerosos efectos perjudiciales, especialmente de naturaleza cardiovascular y neurológica.
El consumo de bebidas energéticas ha sido vinculado con eventos cardiovasculares severos, como paro cardíaco, infarto de miocardio, disección coronaria espontánea y vasoespasmo. Para investigar estos efectos adversos, se diseñó un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, que evaluó el impacto de estas bebidas en parámetros electrocardiográficos y hemodinámicos en 34 jóvenes sanos, con una edad promedio de 22.1 ± 3.0 años.
Los participantes del estudio consumieron 945 ml de bebida energética A, bebida energética B o placebo en un periodo de 60 minutos durante tres días, con un período de lavado de seis días para eliminar la influencia de cada tratamiento previo. Tanto la bebida A como la B contenían cafeína (304-320 mg/945 ml), taurina, glucuronolactona, y vitaminas, junto con otros ingredientes patentados. Algunas diferencias entre las dos bebidas incluían la presencia de carnitina, guaraná y panax ginseng. Por su parte, la bebida placebo consistía en agua carbonatada, zumo de limón y sabor a cereza.
Los participantes iniciaron el estudio a la misma hora cada día para controlar los cambios en el ritmo circadiano. Los resultados mostraron que tanto la bebida A como la B prolongaron significativamente el intervalo QTc, un marcador de predisposición a arritmias que puede conducir a paradas cardíacas. Además, ambas bebidas elevaron la presión arterial y braquial después de la exposición aguda.
Estos hallazgos subrayan los riesgos asociados con el consumo de bebidas energéticas, especialmente en términos de su impacto en la salud cardiovascular. La prolongación del intervalo QTc y el aumento de la presión arterial son indicadores de un mayor riesgo de eventos cardiovasculares graves.
El estudio concluye que las bebidas energéticas, a pesar de su popularidad y su promoción como suplementos que mejoran el rendimiento, presentan riesgos significativos para la salud cardiovascular. Es crucial que tanto los consumidores como los profesionales de la salud sean conscientes de estos riesgos para tomar decisiones informadas sobre el consumo de estas bebidas. Futuros estudios deberían explorar más a fondo los mecanismos detrás de estos efectos y evaluar las implicaciones a largo plazo del consumo regular de bebidas energéticas.
El consumo de bebidas energéticas ha sido vinculado con eventos cardiovasculares severos, como paro cardíaco, infarto de miocardio, disección coronaria espontánea y vasoespasmo. Para investigar estos efectos adversos, se diseñó un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, que evaluó el impacto de estas bebidas en parámetros electrocardiográficos y hemodinámicos en 34 jóvenes sanos, con una edad promedio de 22.1 ± 3.0 años.
Los participantes del estudio consumieron 945 ml de bebida energética A, bebida energética B o placebo en un periodo de 60 minutos durante tres días, con un período de lavado de seis días para eliminar la influencia de cada tratamiento previo. Tanto la bebida A como la B contenían cafeína (304-320 mg/945 ml), taurina, glucuronolactona, y vitaminas, junto con otros ingredientes patentados. Algunas diferencias entre las dos bebidas incluían la presencia de carnitina, guaraná y panax ginseng. Por su parte, la bebida placebo consistía en agua carbonatada, zumo de limón y sabor a cereza.
Los participantes iniciaron el estudio a la misma hora cada día para controlar los cambios en el ritmo circadiano. Los resultados mostraron que tanto la bebida A como la B prolongaron significativamente el intervalo QTc, un marcador de predisposición a arritmias que puede conducir a paradas cardíacas. Además, ambas bebidas elevaron la presión arterial y braquial después de la exposición aguda.
Estos hallazgos subrayan los riesgos asociados con el consumo de bebidas energéticas, especialmente en términos de su impacto en la salud cardiovascular. La prolongación del intervalo QTc y el aumento de la presión arterial son indicadores de un mayor riesgo de eventos cardiovasculares graves.
El estudio concluye que las bebidas energéticas, a pesar de su popularidad y su promoción como suplementos que mejoran el rendimiento, presentan riesgos significativos para la salud cardiovascular. Es crucial que tanto los consumidores como los profesionales de la salud sean conscientes de estos riesgos para tomar decisiones informadas sobre el consumo de estas bebidas. Futuros estudios deberían explorar más a fondo los mecanismos detrás de estos efectos y evaluar las implicaciones a largo plazo del consumo regular de bebidas energéticas.
Shah, S. A., Szeto, A. H., Farewell, R., Shek, A., Fan, D., Quach, K. N., Bhattacharyya, M., Elmiari, J., Chan, W., O’Dell, K., Nguyen, N., McGaughey, T. J., Nasir, J. M., & Kaul, S. (2019). Impact of high volume energy drink consumption on electrocardiographic and blood pressure parameters: A randomized trial. Journal of the American Heart Association, 8(11), e011318. https://doi.org/10.1161/JAHA.118.011318
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.