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El ejercicio físico mejora la calidad de vida en mujeres con cáncer de mama

La actividad física puede ser beneficiosa a diversos niveles para el tratamiento de personas con cáncer de mama. El ejercicio puede tener un papel importante en la reducción de los efectos adversos asociados a las terapias oncológicas, pero también la práctica regular de ejercicio modula el sistema inmunológico, la respuesta inflamatoria, los niveles hormonales y el metabolismo energético, mecanismos que pueden ser relevantes en la progresión de la enfermedad y en la respuesta al tratamiento. Adicionalmente, el ejercicio disminuye la fatiga asociada al tratamiento, mejora el estado psicológico, y el bienestar integral a lo largo del tratamiento.

Una revisión sistemática y meta-análisis de red reciente (Han et al., 2024) evaluó la efectividad de diferentes tipos de ejercicio físico en la mejora de la calidad de vida de mujeres con cáncer de mama. Se analizaron 56 ensayos clínicos aleatorizados y controlados que involucraron a casi 4.000 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en estadios de 0 a 3, quienes ya habían completado su tratamiento oncológico. La mayoría de los ensayos se realizaron en Estados Unidos. En los distintos estudios, las participantes fueron divididas aleatoriamente en grupos de intervención según el tipo de ejercicio: aeróbico, de fuerza, mente-cuerpo (como yoga o tai-chi), o una combinación de ejercicio aeróbico y de fuerza. Un grupo control, sin intervención relacionada con el ejercicio, sirve de referencia. Utilizando herramientas validadas, se evaluó la calidad de vida como resultado primario, y se examinaron otros resultados como la depresión, ansiedad y autoestima.

Los resultados mostraron que las intervenciones basadas en ejercicio físico mejoraron significativamente la calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama en comparación con las del grupo control, independientemente de la modalidad utilizada. De manera específica, el ejercicio combinado (aeróbico y de fuerza) fue el que mostró mayores beneficios, especialmente cuando las sesiones se realizaron entre 3 y 5 veces por semana, con una duración de más de 60 minutos. El ejercicio mente-cuerpo también mostró ser efectivo. Asimismo, las intervenciones con ejercicio redujeron significativamente los niveles de depresión y ansiedad entre las participantes.

En conclusión, esta revisión sistemática muestra que las intervenciones basadas en el ejercicio físico, particularmente el ejercicio combinado, son eficaces para mejorar la calidad de vida y reducir la depresión y la ansiedad en mujeres con cáncer de mama. Estos hallazgos subrayan el potencial terapéutico del ejercicio en la rehabilitación oncológica, destacando la importancia de adaptar las intervenciones en términos de tipo de ejercicio, duración y frecuencia para mantener la adherencia y evitar la fatiga en estas pacientes. La combinación de ejercicio aeróbico y de fuerza parece ofrecer los mayores beneficios, probablemente debido a la mejora simultánea en la capacidad cardiovascular y en la masa muscular. Entre las limitaciones del estudio se encuentra la heterogeneidad de los estudios incluidos. Futuros estudios deberían aportar información adicional a nivel de los diferentes parámetros del ejercicio (duración, frecuencia, intensidad, etc).
Referencias:
Han B et al. Effects of exercise interventions on quality of life in patients with breast cancer: A systematic review and network meta-analysis. Psychooncology. 2024 Jul;33(7):e6370. doi: 10.1002/pon.6370.

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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