Medicina
La cúrcuma puede mejorar la esteatosis hepática no alcohólica
La enfermedad del hígado graso o esteatosis es una condición patológica caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en el hígado. Esta afección puede progresar a fibrosis y cirrosis, con graves consecuencias como insuficiencia hepática y un mayor riesgo de cancer de hígado. La curcumina, un polifenol derivado de la cúrcuma, posee acciones antioxidantes, antiinflamatorias y antifibróticas, y podría ser beneficiosa en esta condición al reducir tanto la inflamación como la fibrosis hepática.
Un ensayo clínico reciente llevado a cabo en Italia (Musso et al., 2024) evaluó la seguridad y eficacia de una formulación de curcumina con fosfolípidos en pacientes con esteatosis hepática no alcohólica confirmada por biopsia. Se reclutaron 52 pacientes, de entre 18 y 70 años, la mayoría de los cuales presentaban obesidad, además de esteatosis y enfermedad renal. Utilizando un diseño doble ciego, los participantes fueron asignados aleatoriamente al grupo de intervención (n=26), que recibió 2 gramos diarios de curcumina fosfolipídica, o al grupo control (n=26), que recibió un placebo durante 72 semanas. Ambos grupos recibieron recomendaciones estándar sobre modificaciones en el estilo de vida. Las evaluaciones incluyeron biopsias hepáticas al inicio y al final del tratamiento, así como análisis de sangre periódicos para medir cambios en la histología hepática, parámetros renales y marcadores metabólicos e inflamatorios.
Al finalizar el tratamiento, el 62% de los pacientes en el grupo intervención con cúrcuma mostraron resolución de la esteatohepatitis sin empeoramiento de la fibrosis, comparado con 12% en el grupo placebo. Además, la mitad de los pacientes tratados con la cúrcuma fosfolipídica tuvieron una mejora de al menos un grado en la fibrosis hepática, muchos de ellos experimentando una regresión significativa de la fibrosis hepática independientemente del estadio, algo que no se observó en el grupo placebo. La mitad de los pacientes suplementadas con la cúrcuma fosfolípidica mostraron regresión de la enfermedad renal crónica, con mejoras significativas en la tasa de filtración glomerular estimada y la excreción de albúmina. Asimismo, el grupo de tratamiento experimentó mejoras en diferentes parámetros metabólicos y marcadores inflamatorios.
Adicionalmente, se realizó un seguimiento de los participantes durante 12 semanas después de finalizar el tratamiento, comprobando que los beneficios en la función renal, la histología hepática y los parámetros metabólicos se mantuvieron, sugiriendo una posible persistencia de los efectos terapéuticos de esta formulación de curcumina, lo cual es alentador para su uso a largo plazo. No se reportaron eventos adversos graves y los efectos secundarios fueron raros, leves y distribuidos de manera uniforme entre los grupos.
En conclusión, este estudio sugiere que el suplemento de curcumina con fosfolípidos podría ser una opción terapéutica potencialmente efectiva para el tratamiento de la esteatohepatitis no alcohólica, mejorando tanto la salud hepática como la función renal y diversos parámetros metabólicos e inflamatorios. Los autores señalan que la inhibición del factor de transcripción proinflamatorio NF-κB, que contribuye a la inflamación y al daño hepatocelular por parte de la curcumina podría ser el mecanismo subyacente a estos beneficios. No obstante, se requieren estudios con muestras más amplias y clínicamente diversas para confirmar estos hallazgos y evaluar la seguridad a largo plazo de las formulaciones farmacológicas de curcumina.
Un ensayo clínico reciente llevado a cabo en Italia (Musso et al., 2024) evaluó la seguridad y eficacia de una formulación de curcumina con fosfolípidos en pacientes con esteatosis hepática no alcohólica confirmada por biopsia. Se reclutaron 52 pacientes, de entre 18 y 70 años, la mayoría de los cuales presentaban obesidad, además de esteatosis y enfermedad renal. Utilizando un diseño doble ciego, los participantes fueron asignados aleatoriamente al grupo de intervención (n=26), que recibió 2 gramos diarios de curcumina fosfolipídica, o al grupo control (n=26), que recibió un placebo durante 72 semanas. Ambos grupos recibieron recomendaciones estándar sobre modificaciones en el estilo de vida. Las evaluaciones incluyeron biopsias hepáticas al inicio y al final del tratamiento, así como análisis de sangre periódicos para medir cambios en la histología hepática, parámetros renales y marcadores metabólicos e inflamatorios.
Al finalizar el tratamiento, el 62% de los pacientes en el grupo intervención con cúrcuma mostraron resolución de la esteatohepatitis sin empeoramiento de la fibrosis, comparado con 12% en el grupo placebo. Además, la mitad de los pacientes tratados con la cúrcuma fosfolipídica tuvieron una mejora de al menos un grado en la fibrosis hepática, muchos de ellos experimentando una regresión significativa de la fibrosis hepática independientemente del estadio, algo que no se observó en el grupo placebo. La mitad de los pacientes suplementadas con la cúrcuma fosfolípidica mostraron regresión de la enfermedad renal crónica, con mejoras significativas en la tasa de filtración glomerular estimada y la excreción de albúmina. Asimismo, el grupo de tratamiento experimentó mejoras en diferentes parámetros metabólicos y marcadores inflamatorios.
Adicionalmente, se realizó un seguimiento de los participantes durante 12 semanas después de finalizar el tratamiento, comprobando que los beneficios en la función renal, la histología hepática y los parámetros metabólicos se mantuvieron, sugiriendo una posible persistencia de los efectos terapéuticos de esta formulación de curcumina, lo cual es alentador para su uso a largo plazo. No se reportaron eventos adversos graves y los efectos secundarios fueron raros, leves y distribuidos de manera uniforme entre los grupos.
En conclusión, este estudio sugiere que el suplemento de curcumina con fosfolípidos podría ser una opción terapéutica potencialmente efectiva para el tratamiento de la esteatohepatitis no alcohólica, mejorando tanto la salud hepática como la función renal y diversos parámetros metabólicos e inflamatorios. Los autores señalan que la inhibición del factor de transcripción proinflamatorio NF-κB, que contribuye a la inflamación y al daño hepatocelular por parte de la curcumina podría ser el mecanismo subyacente a estos beneficios. No obstante, se requieren estudios con muestras más amplias y clínicamente diversas para confirmar estos hallazgos y evaluar la seguridad a largo plazo de las formulaciones farmacológicas de curcumina.
Musso G, et al. Effect of phospholipid curcumin Meriva on liver histology and kidney disease in nonalcoholic steatohepatitis: A randomized, double-blind, placebo-controlled trial. Hepatology. 2024 May 28. doi: 10.1097/HEP.0000000000000937.
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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