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El matrimonio puede influir positivamente en la microbiota, mejorando la salud.

La investigación en ciencias sociales ha demostrado de manera consistente que las personas que viven en pareja y mantienen relaciones matrimoniales disfrutan de una mejor salud comparada con aquellos adultos que no están en relaciones comprometidas. Estos beneficios se obtienen en gran medida dentro del marco de relaciones de alta calidad.

Estudios adicionales sugieren que procesos biológicos vinculados al estrés podrían explicar, en parte, los efectos positivos de las relaciones sociales. Estos procesos incluyen cambios en la inflamación, el síndrome metabólico y el funcionamiento neurológico.

En el ámbito de la microbiología, se ha identificado otro posible mecanismo biológico que conecta las relaciones humanas con la salud: el microbioma. Las comunidades microbianas que residen en los mamíferos tienen un impacto profundo en la biología y la salud, modulando el epigenoma, la función cerebral, el metabolismo de medicamentos y nutrientes, y también influyendo en la función del sistema inmunitario y el desarrollo.

Existe una extensa evidencia de que las parejas que cohabitan en la vejez experimentan un bienestar físico y psicológico significativamente mejor que los adultos solteros.

Este estudio en particular implicó una colaboración multidisciplinaria para explorar los vínculos entre la interacción humana, la microbiota y la salud. Se analizó la microbiota fecal de 408 individuos de entre 58 y 91 años, correlacionando los datos de salud y comparando muestras entre 94 parejas y 83 pares de hermanos dentro de la cohorte. Se recolectaron un total de 24,5 millones de secuencias de alta calidad de 408 muestras fecales.

Los hallazgos revelaron que las personas que convivían con un cónyuge o pareja presentaban una composición de microbiota más similar a la de su pareja que los individuos solteros. Además, mostraron una mayor diversidad y riqueza microbiana en comparación con los no convivientes. Este efecto fue particularmente pronunciado en parejas que reportaron una relación muy cercana. Dado que todos los pares de cohabitación en el estudio eran hombre-mujer y el sexo fue un determinante fuerte de la microbiota, es posible que la mayor diversidad observada se deba al intercambio continuo de microorganismos entre los sexos. Sin embargo, este aspecto no pudo ser comprobado debido a la ausencia de parejas homosexuales en la muestra.

En consecuencia, factores como el matrimonio y la convivencia parecen ejercer una mayor influencia sobre la microbiota intestinal adulta que el entorno de la vida temprana o la genética (como en el caso de los hermanos).

Es crucial destacar que los efectos de la cercanía en la relación no parecen estar mediado por similitudes en la dieta. Aunque la dieta frecuentemente se correlaciona con la microbiota gastrointestinal, la influencia de la cercanía en la relación es independiente de la dieta, lo que sugiere contribuciones menos comprendidas de las interacciones humanas y comportamientos compartidos.

En este estudio, la cercanía de la relación puede reflejar una medida global del tiempo compartido, el afecto físico y otras interacciones humanas que potencialmente facilitan el intercambio microbiano. De hecho, hay evidencia de que el microbioma salival puede influir en el microbioma intestinal, y que el microbioma salival podría verse modificado por los besos.

Este hallazgo se respalda en la observación de que los cónyuges compartían más unidades taxonómicas operativas (OTU, un indicador de especies microbianas) en común en comparación con los hermanos. Además, esta similitud era más notable en parejas con relaciones muy cercanas, lo que sugiere que las interacciones humanas cercanas pueden ser un factor clave en la conformación del microbioma intestinal.

Estos resultados apoyan la idea de que el microbioma intestinal podría servir como un posible mediador entre las relaciones sociales, especialmente la convivencia entre parejas, la salud y la mortalidad.
Referencias:
Dill-McFarland, K.A., Tang, ZZ., Kemis, J.H. et al. Close social relationships correlate with human gut microbiota composition. Sci Rep 9, 703 (2019). https://doi.org/10.1038/s41598-018-37298-9

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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