Obesidad y TCA
El almidón resistente disminuye el peso y mejora la salud metabólica en personas con sobrepeso y obesidad
El almidón resistente es un tipo de fibra dietética que, debido a su resistencia a la digestión, llega intacta al colon, donde es fermentada por la microbiota intestinal. Este proceso ha sido vinculado con efectos beneficiosos sobre el metabolismo, como la reducción de la adiposidad corporal, la mejora en la sensibilidad a la insulina y la disminución de la inflamación sistémica. Aunque estudios en modelos animales han hallado una reducción significativa en la grasa corporal tras su ingesta, los resultados en humanos no han sido siempre consistentes, dados los diferentes patrones dietéticos, dosis de almidón, etc.
Un ensayo clínico reciente (Li et al., 2024), evaluó el impacto de la suplementación con almidón resistente en la pérdida de peso y la sensibilidad a la insulina en adultos con sobrepeso u obesidad. Se utilizó un diseño aleatorizado, controlado y cruzado, lo que significa que ambos grupos participaron en las fases de intervención y control de forma sucesiva, añadiendo mayor solidez a los resultados. Durante ocho semanas, los participantes en el grupo de intervención consumieron 40 gramos diarios de almidón resistente derivado de maíz alto en amilosa en dos tomas, mientras que el grupo control recibió almidón convencional con el mismo valor energético. Tras un descanso de cuatro semanas, los grupos intercambiaron las intervenciones. Se controló la dieta y se verificó la adherencia mediante diarios alimentarios y biomarcadores en sangre. Se evaluaron diferentes parámetros como la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa, lípidos y la composición de la microbiota intestinal mediante diferentes técnicas. Además, se consideraron medidas antropométricas y se utilizaron resonancias magnéticas para evaluar la grasa visceral y subcutánea.
Los resultados mostraron que la suplementación con almidón resistente redujo el peso corporal en un promedio cercano a 3 kilos y la masa grasa, particularmente la visceral y subcutánea, así como el perímetro de la cintura, mejorando también la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina. Estos cambios se acompañaron de una reducción en la inflamación sistémica, una mayor excreción de lípidos fecales, y una reducción de metabolitos relacionados con la adiposidad, sugiriendo un impacto positivo sobre la salud metabólica. El almidón resistente también modificó la composición de la microbiota, incrementando la abundancia de bacterias como Bifidobacterium adolescentis. No se reportaron efectos adversos significativos en los participantes. Al finalizar la ingesta de almidón resistente en el periodo de lavado, las personas tendieron a recuperar su peso.
Paralelamente se realizó un estudio experimental en ratones libres de gérmenes, a los que se alimentó con almidón resistente, encontrando los mismos efectos de pérdida de peso y masa grasa. También se realizaron trasplantes fecales para evaluar el efecto de los cambios en la microbiota humana tranplantada, encontrando una reducción significativa del peso corporal y la grasa, así como una mejora en la tolerancia a la glucosa y la integridad de la barrera intestinal, reduciendo la inflamación sistémica. Adicionalmente, se suplementó directamente Bifidobacterium adolescentis a un grupo de ratones, los cuales mostraron mejoras en la regulación de la glucosa y una menor acumulación de grasa, sugiriendo que esta bacteria tendría un papel directo tras el efecto metabólico del almidón resistente.
En conclusión, los resultados de este ensayo muestran que el almidón resistente puede ser una estrategia efectiva para el manejo del sobrepeso y los problemas metabólicos asociados. El efecto del almidón resistente está mediado por la microbiota, y la abundancia de B. adolescentis estuvo fuertemente correlacionada con la reducción del peso, de la grasa visceral y la mejora en la sensibilidad a la insulina, tanto en humanos como en ratones. La limitación principal del estudio es la alta dosis suministrada, así como la duración limitada de la intervención y del seguimiento. Investigaciones adicionales deben confirmar estos resultados, explorar diferentes dosis de almidón resistente, explorar efectos más a largo plazo, y optimizar su aplicación clínica en personas con sobrepeso, obesidad, y otros problemas metabólicos.
Un ensayo clínico reciente (Li et al., 2024), evaluó el impacto de la suplementación con almidón resistente en la pérdida de peso y la sensibilidad a la insulina en adultos con sobrepeso u obesidad. Se utilizó un diseño aleatorizado, controlado y cruzado, lo que significa que ambos grupos participaron en las fases de intervención y control de forma sucesiva, añadiendo mayor solidez a los resultados. Durante ocho semanas, los participantes en el grupo de intervención consumieron 40 gramos diarios de almidón resistente derivado de maíz alto en amilosa en dos tomas, mientras que el grupo control recibió almidón convencional con el mismo valor energético. Tras un descanso de cuatro semanas, los grupos intercambiaron las intervenciones. Se controló la dieta y se verificó la adherencia mediante diarios alimentarios y biomarcadores en sangre. Se evaluaron diferentes parámetros como la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa, lípidos y la composición de la microbiota intestinal mediante diferentes técnicas. Además, se consideraron medidas antropométricas y se utilizaron resonancias magnéticas para evaluar la grasa visceral y subcutánea.
Los resultados mostraron que la suplementación con almidón resistente redujo el peso corporal en un promedio cercano a 3 kilos y la masa grasa, particularmente la visceral y subcutánea, así como el perímetro de la cintura, mejorando también la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina. Estos cambios se acompañaron de una reducción en la inflamación sistémica, una mayor excreción de lípidos fecales, y una reducción de metabolitos relacionados con la adiposidad, sugiriendo un impacto positivo sobre la salud metabólica. El almidón resistente también modificó la composición de la microbiota, incrementando la abundancia de bacterias como Bifidobacterium adolescentis. No se reportaron efectos adversos significativos en los participantes. Al finalizar la ingesta de almidón resistente en el periodo de lavado, las personas tendieron a recuperar su peso.
Paralelamente se realizó un estudio experimental en ratones libres de gérmenes, a los que se alimentó con almidón resistente, encontrando los mismos efectos de pérdida de peso y masa grasa. También se realizaron trasplantes fecales para evaluar el efecto de los cambios en la microbiota humana tranplantada, encontrando una reducción significativa del peso corporal y la grasa, así como una mejora en la tolerancia a la glucosa y la integridad de la barrera intestinal, reduciendo la inflamación sistémica. Adicionalmente, se suplementó directamente Bifidobacterium adolescentis a un grupo de ratones, los cuales mostraron mejoras en la regulación de la glucosa y una menor acumulación de grasa, sugiriendo que esta bacteria tendría un papel directo tras el efecto metabólico del almidón resistente.
En conclusión, los resultados de este ensayo muestran que el almidón resistente puede ser una estrategia efectiva para el manejo del sobrepeso y los problemas metabólicos asociados. El efecto del almidón resistente está mediado por la microbiota, y la abundancia de B. adolescentis estuvo fuertemente correlacionada con la reducción del peso, de la grasa visceral y la mejora en la sensibilidad a la insulina, tanto en humanos como en ratones. La limitación principal del estudio es la alta dosis suministrada, así como la duración limitada de la intervención y del seguimiento. Investigaciones adicionales deben confirmar estos resultados, explorar diferentes dosis de almidón resistente, explorar efectos más a largo plazo, y optimizar su aplicación clínica en personas con sobrepeso, obesidad, y otros problemas metabólicos.
Li, H et al. Resistant starch intake facilitates weight loss in humans by reshaping the gut microbiota. Nat Metab 6, 578–597 (2024). https://doi.org/10.1038/s42255-024-00988-y
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.