Neurociencia y Psicología
El maltrato infantil se relaciona con el abuso de sustancias y alcohol en la edad adulta
Las diferentes formas de maltrato, a nivel sexual, físico, emocional, o conductas negligentes en la infancia, pueden resultar en problemas que se manifiestan en la edad adulta, incluido el abuso de sustancias. Las experiencias adversas en la infancia estructuran el cerebro de forma adaptativa para responder al entorno amenazante del presente, produciendo cambios neurobiológicos que pueden no ser adaptativos para los distintos procesos psicológicos futuros, como las respuestas socioafectivas. Por su parte, el alcohol y otras sustancias pueden usarse de forma maladaptativa como mecanismos para manejar estados afectivos, resultando su abuso en problemas que afectan a la salud física y psicológica.
Un estudio reciente (Bull et al., 2024) examinó la relación entre el maltrato infantil (emocional, físico, sexual y negligencias), y las hospitalizaciones relacionadas con el alcohol y el abuso de otras sustancias, desde el seguimiento inicial de 7000 nacimientos en 1981 en Queensland (Australia), hasta el año 2022. Los datos sobre el maltrato infantil de estos niños, notificados antes de los 15 años, fueron recolectados y vinculados con registros hospitalarios y de urgencias hasta la edad de 40 años. El estudio registró tanto condiciones de maltrato denunciadas, cuando existían notificaciones por parte de organismos oficiales, y condiciones probadas, cuando los servicios de protección a menores habían confirmado los casos.
Los resultados revelaron que el 10% de la cohorte estudiada tuvo notificaciones de maltrato infantil, mostrando una probabilidad significativamente mayor de desarrollar trastornos por consumo de alcohol y sustancias en comparación con aquellos sin historial de maltrato. Específicamente, los niños que tenían cualquier notificación de maltrato de una agencia, tenían 2,86 veces más probabilidades de ser ingresados en un hospital por un trastorno de abuso de alcohol, aún mayor si las notificaciones alcanzaban el estatus de “probadas”, y cifras cercanas en el caso de abuso de sustancias. Además, todos los tipos de maltrato se relacionaban con aumentos del riesgo en cifras significativas, destacando no obstante la coexistencia de múltiples formas de abuso, el abuso emocional y sexual. Estos niños a menudo provenían de hogares de bajos ingresos, donde los padres no convivían, y con madres que mostraban tasas más altas de consumo de sustancias.
En conclusión, este estudio subraya la fuerte asociación entre los subtipos de maltrato infantil y la alta probabilidad de ser hospitalizado por abuso de alcohol y abuso de sustancias en la edad adulta. No obstante, existen limitaciones en este tipo de estudios, dado que muchos abusos no se denuncian ni se confirman, por lo que existen aspectos que generan incertidumbre. Estos hallazgos señalan el fuerte impacto en la salud que tienen las experiencias adversas en la infancia y enfatizan la necesidad de intervenciones tempranas y de soporte en individuos con historial de maltrato infantil.
Un estudio reciente (Bull et al., 2024) examinó la relación entre el maltrato infantil (emocional, físico, sexual y negligencias), y las hospitalizaciones relacionadas con el alcohol y el abuso de otras sustancias, desde el seguimiento inicial de 7000 nacimientos en 1981 en Queensland (Australia), hasta el año 2022. Los datos sobre el maltrato infantil de estos niños, notificados antes de los 15 años, fueron recolectados y vinculados con registros hospitalarios y de urgencias hasta la edad de 40 años. El estudio registró tanto condiciones de maltrato denunciadas, cuando existían notificaciones por parte de organismos oficiales, y condiciones probadas, cuando los servicios de protección a menores habían confirmado los casos.
Los resultados revelaron que el 10% de la cohorte estudiada tuvo notificaciones de maltrato infantil, mostrando una probabilidad significativamente mayor de desarrollar trastornos por consumo de alcohol y sustancias en comparación con aquellos sin historial de maltrato. Específicamente, los niños que tenían cualquier notificación de maltrato de una agencia, tenían 2,86 veces más probabilidades de ser ingresados en un hospital por un trastorno de abuso de alcohol, aún mayor si las notificaciones alcanzaban el estatus de “probadas”, y cifras cercanas en el caso de abuso de sustancias. Además, todos los tipos de maltrato se relacionaban con aumentos del riesgo en cifras significativas, destacando no obstante la coexistencia de múltiples formas de abuso, el abuso emocional y sexual. Estos niños a menudo provenían de hogares de bajos ingresos, donde los padres no convivían, y con madres que mostraban tasas más altas de consumo de sustancias.
En conclusión, este estudio subraya la fuerte asociación entre los subtipos de maltrato infantil y la alta probabilidad de ser hospitalizado por abuso de alcohol y abuso de sustancias en la edad adulta. No obstante, existen limitaciones en este tipo de estudios, dado que muchos abusos no se denuncian ni se confirman, por lo que existen aspectos que generan incertidumbre. Estos hallazgos señalan el fuerte impacto en la salud que tienen las experiencias adversas en la infancia y enfatizan la necesidad de intervenciones tempranas y de soporte en individuos con historial de maltrato infantil.
Bull C et al. Associations between child maltreatment and hospital admissions for alcohol and other substance use related disorders up to 40 years of age: Results from the Childhood Adversity and Lifetime Morbidity study, Addiction (2024). DOI: 10.1111/add.16479.
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.