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Séneca, Sobre la felicidad (De vita beata)
Lucio Anneo Séneca (Córdoba, 4 a. C, 65 d. C.), es uno de las grandes exponentes de la filosofía estoica. Su filosofía tiene raices por tanto en la Stoa, orientada a la ética de la vida, realista para aquellos siglos difíciles. La moral estoica es ante todo naturaleza, razón y virtud. La armonía llega a quien logra vivir según la naturaleza del mundo, como la propia del ser humano que es su naturaleza racional. La felicidad para Séneca solo puede venir de la vida virtuosa, y de la autosuficiencia, no de entregarse al placer.
Las personas "quieren vivir felices" pero al buscar la felicidad "van a tientas". Advierte Séneca contra vivir por imitación "nos salvaremos si nos separamos de la masa". La virtud es buscar "lo mejor, no lo más acostumbrado, (...) no lo que apruebe el vulgo, pésimo intérprete de la verdad". Quien vive sin virtud, sin la capacidad de decidir aquello que debe hacer, se perderá inevitablemente "mientras erremos de acá para allá sin seguir a otro guía que los rumores y los clamores discordantes que nos llaman hacia distintos lugares, se consumirá entre errores nuestra corta vida".
Debe practicarse la virtud, no el placer. La virtud genera placer, pero no como fin, ni codicia el placer. En la virtud existe placer acompañándola, pero no es el fin en sí mismo. La virtud en sí misma es el bien, es el camino, y es el fin. Esto a su vez es un alma libre, no dependiente, y la libertad es la indiferencia por la codicia, que trae la paz del espíritu y la calma. El placer "cuyo asiento y domicilio son los lupanares y las tabernas" es algo efímero de un momento, se extingue. Todas las cosas que pueden encantar a los sentidos hacen abandonarse a los festines presentes, pero pronto hacen recordar los placeres pasados y anticipar los futuros depositando las esperanzas en ellos.
Algunas personas no son infelices porque les falte placer, sino por el placer mismo. "Languidecéis entre vuestros bienes". Añade Séneca "¿quién ignora que hasta los más estúpidos están saturados de vuestros placeres?" Nos habla de la confusión entre felicidad y placer "aquel que llama felicidad al ocio perezoso". La vida feliz es "la que está conforme con su naturaleza". Alejada de miedos, de cosas que irritan, y del placer ocioso y goces mezquinos como frágiles y efímeros. Desprenderse de ellos produce una felicidad inquebrantable, serena, y en armonía. El placer puede ser compañero de la voluntad recta y buena, pero no debe ser guía, "¿Qué necesita del exterior el que ha recogido todas sus cosas en si mismo?"
Séneca ve una diferencia clara entre placer y virtud, en cuanto la virtud conlleva placer, pero el placer no conlleva virtud. Aún más, el placer es accesible para el más infame de los hombres, pero la virtud no lo es. "Los que han entregado el mando al placer carecen de uno y otro, pues pierden la virtud, y además no tienen el placer, sino que el placer los tiene a ellos: o se atormentan por su falta, o se ahogan en su abundancia". Quienes ensalzan el poder, adulan, y desean la riqueza para Séneca son enemigos suyos.
También habla Séneca de la envidia como origen de la maledicencia, nada más actual que en tiempos de redes sociales: "ladráis como los perrillos al salir al encuentro de personas desconocidas", a quienes no aspiran a nada en la vida "os conviene que nadie parezca bueno". Añade Séneca "nada nos envuelve en mayores males que acomodarnos al rumor", y arremete contra la dinámica de la sociedad, en la que "lo mejor es lo admitido por el asentimiento de muchos". El camino más transitado "es el que más engaña. Nada importa, pues, mas que no seguir, como ovejas, el rebaño de los que nos preceden, yendo así, no a donde hay que ir, sino a donde se va". No esconde Séneca su crítica a quienes viven entregados al hedonismo "si los que siguen la virtud son avaros, libidinosos y ambiciosos, que sois vosotros?".
Conclusión
El estoicismo es una filosofía muy distinta a la que dejaron Sócrates, Platón y Aristóteles, mucho menos profunda en todos los planos. El estoicismo es fundamentalmente pragmático y orientado a la ética de la vida, hecha para los tiempos difíciles en los que se desarrolló. El sabio acepta la vida como es y se adapta, siendo imperturbable, independiente de lo externo, pues la virtud está dentro de la persona. Sobre felicidad, Séneca propone aspectos muy cercanos al budismo, es posible que los estoicos que pudieron conocer las enseñanzas budistas a través del contacto con la India a través del mediterráneo.
"Niego que las riquezas sean un bien, pues si lo fuesen, harían hombres buenos". Lucio Anneo Séneca
Citar como: Bordallo. A. Revisión de Sobre la felicidad (De vita beata), de Séneca. ICNS. Accesible en https://www.icns.es/articulo_seneca-sobre-la-felicidad-de-vita-beata
Copyright© ICNS Instituto
Las personas "quieren vivir felices" pero al buscar la felicidad "van a tientas". Advierte Séneca contra vivir por imitación "nos salvaremos si nos separamos de la masa". La virtud es buscar "lo mejor, no lo más acostumbrado, (...) no lo que apruebe el vulgo, pésimo intérprete de la verdad". Quien vive sin virtud, sin la capacidad de decidir aquello que debe hacer, se perderá inevitablemente "mientras erremos de acá para allá sin seguir a otro guía que los rumores y los clamores discordantes que nos llaman hacia distintos lugares, se consumirá entre errores nuestra corta vida".
Debe practicarse la virtud, no el placer. La virtud genera placer, pero no como fin, ni codicia el placer. En la virtud existe placer acompañándola, pero no es el fin en sí mismo. La virtud en sí misma es el bien, es el camino, y es el fin. Esto a su vez es un alma libre, no dependiente, y la libertad es la indiferencia por la codicia, que trae la paz del espíritu y la calma. El placer "cuyo asiento y domicilio son los lupanares y las tabernas" es algo efímero de un momento, se extingue. Todas las cosas que pueden encantar a los sentidos hacen abandonarse a los festines presentes, pero pronto hacen recordar los placeres pasados y anticipar los futuros depositando las esperanzas en ellos.
Algunas personas no son infelices porque les falte placer, sino por el placer mismo. "Languidecéis entre vuestros bienes". Añade Séneca "¿quién ignora que hasta los más estúpidos están saturados de vuestros placeres?" Nos habla de la confusión entre felicidad y placer "aquel que llama felicidad al ocio perezoso". La vida feliz es "la que está conforme con su naturaleza". Alejada de miedos, de cosas que irritan, y del placer ocioso y goces mezquinos como frágiles y efímeros. Desprenderse de ellos produce una felicidad inquebrantable, serena, y en armonía. El placer puede ser compañero de la voluntad recta y buena, pero no debe ser guía, "¿Qué necesita del exterior el que ha recogido todas sus cosas en si mismo?"
Séneca ve una diferencia clara entre placer y virtud, en cuanto la virtud conlleva placer, pero el placer no conlleva virtud. Aún más, el placer es accesible para el más infame de los hombres, pero la virtud no lo es. "Los que han entregado el mando al placer carecen de uno y otro, pues pierden la virtud, y además no tienen el placer, sino que el placer los tiene a ellos: o se atormentan por su falta, o se ahogan en su abundancia". Quienes ensalzan el poder, adulan, y desean la riqueza para Séneca son enemigos suyos.
También habla Séneca de la envidia como origen de la maledicencia, nada más actual que en tiempos de redes sociales: "ladráis como los perrillos al salir al encuentro de personas desconocidas", a quienes no aspiran a nada en la vida "os conviene que nadie parezca bueno". Añade Séneca "nada nos envuelve en mayores males que acomodarnos al rumor", y arremete contra la dinámica de la sociedad, en la que "lo mejor es lo admitido por el asentimiento de muchos". El camino más transitado "es el que más engaña. Nada importa, pues, mas que no seguir, como ovejas, el rebaño de los que nos preceden, yendo así, no a donde hay que ir, sino a donde se va". No esconde Séneca su crítica a quienes viven entregados al hedonismo "si los que siguen la virtud son avaros, libidinosos y ambiciosos, que sois vosotros?".
Conclusión
El estoicismo es una filosofía muy distinta a la que dejaron Sócrates, Platón y Aristóteles, mucho menos profunda en todos los planos. El estoicismo es fundamentalmente pragmático y orientado a la ética de la vida, hecha para los tiempos difíciles en los que se desarrolló. El sabio acepta la vida como es y se adapta, siendo imperturbable, independiente de lo externo, pues la virtud está dentro de la persona. Sobre felicidad, Séneca propone aspectos muy cercanos al budismo, es posible que los estoicos que pudieron conocer las enseñanzas budistas a través del contacto con la India a través del mediterráneo.
"Niego que las riquezas sean un bien, pues si lo fuesen, harían hombres buenos". Lucio Anneo Séneca
Citar como: Bordallo. A. Revisión de Sobre la felicidad (De vita beata), de Séneca. ICNS. Accesible en https://www.icns.es/articulo_seneca-sobre-la-felicidad-de-vita-beata
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