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Disminuir el tiempo sentado puede reducir la tensión arterial en personas mayores

Las personas mayores pasan gran parte de su tiempo sentadas, lo que produce una disminución en la capacidad de dilatación arterial y un aumento en la rigidez vascular, aumentando la tensión arterial e incrementando el riesgo de eventos cardiovasculares como infarto de miocardio e ictus.

Un ensayo clínico aleatorizado realizado en Estados Unidos (Rosenberg et al., 2024) evaluó el impacto de una intervención diseñada para evaluar el efecto sobre la presión arterial mediante una reducción del tiempo de sedentarismo en personas mayores de 60 años. Se seleccionaron 283 participantes que reportaban un número significativo de horas diarias de sedentarismo y tenían sobrepeso y obesidad. El grupo de intervención realizó 10 sesiones de coaching personalizadas para reducir el tiempo sentado, y además se les proporcionó un escritorio ajustable y un monitor de actividad. El grupo de control realizó 10 sesiones de coaching enfocadas en la salud general, sin incidir específicamente en la reducción del sedentarismo​. El tiempo sentado y de actividad fue registrado con un acelerómetro durante 7 días consecutivos en tres puntos temporales durante varios meses. La tensión arterial fue evaluada al inicio y al final del estudio.

Después de seis meses, el grupo de intervención logró reducir el tiempo sentado en un promedio de aproximadamente 30 minutos diarios en comparación con el grupo control, que mantuvo niveles similares de sedentarismo. Esta reducción, aunque no alcanzó el objetivo inicial de una disminuición más significativa del tiempo sentado, resultó suficiente para generar una mejora significativa en la presión arterial sistólica, que disminuyó en promedio 3.48 mm Hg en el grupo de intervención. Esta reducción es clínicamente relevante, ya que incluso pequeños descensos en la presión sistólica pueden reducir el riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares, en poblaciones de alto riesgo como las personas mayores. No se observaron cambios significativos en la presión arterial diastólica entre los grupos, lo que sugiere que la intervención podría haber influido más en las arterias grandes en mayor medida que las resistencias periféricas que influyen en la presión diastólica.

En conclusión, este estudio sugiere que las intervenciones orientadas a reducir el sedentarismo pueden ser efectivas para interrumpir en cierta medida los periodos prolongados de inactividad, lo cual está asociado con una reducción significativa en la tensión arterial sistólica. Los mecanismos fisiológicos detrás de estas mejoras podrían explicarse por un aumento en el flujo sanguíneo derivado de la menor inmovilidad, lo que a su vez mejora la elasticidad arterial, impactando directamente en la funcionalidad vascular y finalmente en la presión sistólica. Este estudio es compatible con otros estudios de interrupción del tiempo sentado, además de diferentes actividades físicas. Los resultados subrayan el potencial de intervenciones sencillas y sostenibles para mejorar la salud cardiovascular en personas mayores, sin la necesidad de ejercicios vigorosos que no siempre son viables debido a limitaciones físicas en personas mayores.
Referencias:
Rosenberg et al, 2024. Sitting Time Reduction and Blood Pressure in Older Adults: A Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open. 2024;7(3):e243234. doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.3234

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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