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La exposición nocturna a la luz aumenta el riesgo de diabetes tipo 2

El organismo de los seres vivos ha evolucionado para adaptarse a los ciclos naturales de luz y oscuridad. La exposición a la luz durante la noche puede desestabilizar estos ciclos biológicos o circadianos que regulan no solo el sueño y la vigilia, sino también el metabolismo del organismo. Como resultado, pueden producirse alteraciones en la regulación del metabolismo de la glucosa y los lípidos, incrementando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y otras enfermedades cardiometabólicas.

Un estudio reciente (Windred et al., 2024) analizó la relación entre la exposición a la luz nocturna y la incidencia de diabetes tipo 2. Se seleccionaron casi 85.000 personas con datos del Biobanco de Reino Unido sin diagnóstico previo de diabetes. Los participantes llevaron acelerómetros equipados con sensores de luz en la muñeca durante una semana, registrando la exposición lumínica en intervalos de media hora a lo largo del día, diferenciando entre luz diurna y nocturna. Además, se calculó la regularidad y sincronización del ciclo sueño-vigilia. Los participantes fueron clasificados según sus niveles de exposición a la luz nocturna, para examinar su relación con el riesgo de diabetes tipo 2. Asimismo, se calculó el riesgo genético de diabetes, y se recogieron medidas antropométricas, biomarcadores metabólicos relevantes, y datos sociodemográficos y de estilo de vida.

Tras un seguimiento de casi ocho años, los resultados evidenciaron una relación dosis-respuesta entre la exposición a luz intensa durante la noche y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. En comparación con aquellos con menores niveles de exposición a la luz nocturna, las personas con más exposición mostraron un incremento superior al 50% en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Adicionalmente, se observó que tanto un ritmo circadiano menos definido, como la desincronización de los ritmos circadianos respecto a los ciclos día-noche normales, se asociaron con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Esto sugiere que un ciclo circadiano estable y bien sincronizado podría desempeñar un papel crucial en la prevención de esta patología.

En conclusión, este estudio sugiere que los patrones alterados de exposición a la luz, en particular la presencia de luz nocturna, podrían constituir un factor de riesgo modificable para la diabetes tipo 2, al interrumpir la sincronía de los ritmos circadianos y metabólicos. Adicionalmente, la exposición a luz diurna intensa también mostró una asociación con un riesgo reducido de diabetes tipo 2; sin embargo, este efecto fue menos consistente tras ajustar por factores relacionados con el estilo de vida. Esto sugeriría que la luz durante el día puede favorecer la salud metabólica al estimular el núcleo supraquiasmático, y por la noche la perjudica gravemente. El estudio pone de manifiesto la importancia de no romper el ritmo de exposición lumínica a la que el ser humano se ha adaptado durante cientos de miles de años. La reducción de la exposición a la luz nocturna se presenta como una estrategia simple y de bajo costo para mitigar el riesgo de diabetes, incluso en aquellos con un alto riesgo genético.
Referencias:
Windred DP et al. Personal light exposure patterns and incidence of type 2 diabetes: analysis of 13 million hours of light sensor data and 670,000 person-years of prospective observation. Lancet Reg Health Eur. 2024 Jun 5;42:100943. doi: 10.1016/j.lanepe.2024.100943.

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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