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La exposición prenatal a disruptores endocrinos aumenta el riesgo de autismo

El trastorno del espectro autista es una condición del neurodesarrollo, que se manifiesta posteriormente con síntomas como dificultades en la interacción social y la tendencia a comportamientos repetitivos. Es significativamente más frecuente en varones, representando alrededor del 70-80% de los casos diagnosticados en los estudios con mejor metodología para minimizar sesgos diagnósticos, lo que sugiere una vulnerabilidad relacionada con el desarrollo neurobiológico específico del sexo masculino. Un aspecto clave que contribuye a esta diferencia es la actividad de la aromatasa, una enzima responsable de convertir andrógenos en estrógenos en regiones cerebrales implicadas en el procesamiento emocional y social. La exposición prenatal a disruptores endocrinos como bisfenol A, uno de los distintos bisfenoles presentes en plásticos, ha sido identificada como un factor que altera la señalización hormonal durante el desarrollo fetal, afectando potencialmente la función de la aromatasa.

Un estudio reciente (Chin et al., 2024) evaluó la relación entre la exposición prenatal al bisfenol A y la aparición de síntomas relacionados con el trastorno del espectro autista en niños. Se reclutaron más de 1.000 participantes de la cohorte Barwon Infant Study, se midieron los niveles de BPA en muestras de orina materna durante el embarazo. Los síntomas del espectro autista se evaluaron en distintos puntos en el niño mediante escalas validadas. Además, se desarrolló una puntuación genética basada en polimorfismos asociados con la actividad de la aromatasa. Adicionalmente, se utilizó la cohorte Columbia Centre for Children's Health Study-Mothers and Newborns para replicar los hallazgos observados.

Los resultados mostraron que los niveles elevados de bisfenol A prenatal correlacionaron con un aumento significativo de los síntomas del espectro autista en aquellos niños varones con baja actividad genética de la aromatasa. Estos niños exhibieron mayores puntuaciones en la escala de problemas del espectro autista temprano, y un mayor riesgo de diagnóstico clínico de trastorno del espectro autista a los 9 años. En los varones, el bisfenol prenatal se asoció con un incremento en la metilación del promotor del gen CYP19A1, que regula la expresión de la aromatasa en el cerebro, lo cual fue confirmado mediante análisis de sangre de cordón umbilical y replicado en una segunda cohorte. Además, se observó una hipermetilación del gen BDNF, crucial en la neurogénesis y el aprendizaje, sugiriendo un vínculo molecular entre la exposición prenatal al bisfenol A y alteraciones epigenéticas que impactan el desarrollo neuronal.

El estudio también incluyó experimentos en modelos animales y células humanas. En cultivos celulares, la exposición al bisfenol A redujo los niveles de aromatasa a la mitad. En modelos animales, ratones expuestos a bisfenol A durante la gestación y ratones knockout de aromatasa (ArKO) mostraron déficits sociales y comportamientos repetitivos, similares a los síntomas del trastorno autista en humanos. Estos ratones presentaron además alteraciones en la amígdala y la corteza sensoriomotora, incluyendo una disminución en el número de neuronas y en la densidad de las dendritas. Los déficits sociales fueron revertidos mediante la administración postnatal de estradiol, confirmando la relación entre la disfunción de la aromatasa y estos comportamientos. Adiiconalmente, la administración de ácido 10-hidroxi-2-decenoico, un ácido graso con propiedades estrogénicas presente en la jalea real de las abejas restauró los comportamientos sociales y la estructura neuronal alterada, revirtiendo los efectos del bisfenol A sobre las dendritas y espinas neuronales.

En conclusión, los hallazgos de este estudio indican que la exposición prenatal al bisfenol A interfiere con la función de la aromatasa, afectando el desarrollo cerebral en varones y contribuyendo a la aparición de síntomas del espectro autista. Estos efectos parecen estar mediados por la reducción de la actividad de la aromatasa y por alteraciones epigenéticas en genes clave para la neurogénesis, como CYP19A1 y BDNF, lo que afecta negativamente el desarrollo neuronal. Las principales limitaciones del estudio incluyen la medición única de bisfenol A durante el embarazo y la falta de un seguimiento prolongado en humanos, por tanto, se necesitan más investigaciones y estudios clínicos para confirmar estos resultados.
Referencias:
Symeonides, C et al, 2024. Male autism spectrum disorder is linked to brain aromatase disruption by prenatal BPA in multimodal investigations and 10HDA ameliorates the related mouse phenotype. Nat Commun 15, 6367 (2024). https://doi.org/10.1038/s41467-024-48897-8

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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