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El castigo a las mujeres promiscuas

La sociedad tiende a castigar la promiscuidad femenina, y esta sanción no proviene exclusivamente de los varones, sino que presenta matices significativos y varía entre géneros. Tradicionalmente, la teoría del control masculino sugiere que los hombres reprimen la sexualidad femenina como un mecanismo de dominación y para garantizar la paternidad. No obstante, estudios recientes matizan esta visión al indicar que los hombres no siempre buscan castigar activamente la sexualidad de las mujeres.

Investigaciones demuestran que, aunque los hombres son menos permisivos respecto al acceso sexual, no necesariamente buscan penalizar la libertad sexual femenina. Muchos varones valoran positivamente que las mujeres disfruten de su sexualidad. Sin embargo, cuando se trata de su pareja potencial, la percepción cambia. Los hombres perciben la promiscuidad en su pareja como una amenaza a su inversión reproductiva, lo que puede motivar un mayor control para asegurar la exclusividad y garantizar la paternidad.

Por otro lado, las mujeres presentan un comportamiento distinto hacia la promiscuidad femenina. Las mujeres tienden a castigar a las rivales sexuales como una estrategia para mantener altos los costos del sexo, promoviendo así la inversión masculina en relaciones a largo plazo. Según los investigadores, para mantener esta dinámica, es crucial que las mujeres colaboren entre sí restringiendo el acceso sexual. Si algunas mujeres reducen estos costos ofreciendo sexo casual, se erosiona esta colaboración, permitiendo a los hombres optar por relaciones a corto plazo sin el compromiso de una inversión significativa.

Este fenómeno es observable en diversas prácticas sociales y culturales. Por ejemplo, la ablación es una forma extrema de control sexual, dirigida a garantizar la fidelidad femenina y asegurar la inversión masculina en relaciones a largo plazo. Las mujeres, más que los hombres, son propensas a castigar a otras mujeres promiscuas mediante prejuicios y chismes, lo que refleja una competencia intragénero por el estatus y la seguridad reproductiva.

En resumen, tanto hombres como mujeres pueden intentar regular la sexualidad femenina, aunque sus motivaciones y métodos difieren. Los hombres buscan asegurar la paternidad y proteger su inversión reproductiva, mientras que las mujeres intentan mantener altos los costos del sexo para fomentar la inversión masculina en relaciones duraderas. Esta dinámica de control y competencia subraya las diferentes rutas hacia el éxito reproductivo entre géneros y la complejidad de las relaciones sociales en torno a la sexualidad femenina.
Referencias:
Muggleton, N. K., Tarrant, S. R., & Fincher, C. L. (2018). Who punishes promiscuous women? Both women and men are prejudiced towards sexually-accessible women, but only women inflict costly punishment, Evolution and Human Behavior, Volume 40, Issue 3, 2019, Pages 259-268, ISSN 1090-5138, https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2018.12.003.

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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