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Anorexia Nerviosa. Una explicación fácil del trastorno de salud mental más complejo

La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Este trastorno se caracteriza comúnmente por una restricción de la ingesta de alimentos y una pérdida de peso corporal, y son visibles síntomas cognitivos y conductuales como obsesiones con la delgadez o ciertas partes del cuerpo, rituales, compulsiones, etc.

Mientras que hay síntomas fácilmente visibles como la pérdida de peso, y están descritos en todas partes, no sucede lo mismo con las causas de este trastorno. La conducta de la anorexia nerviosa es producida por alteraciones en el sistema nervioso, a nivel neurocognitivo, metabólico y afectivo, que dificultan progresivamente la percepción y la conducta. Esto implica que la anorexia nerviosa es en gran parte la forma en la que el sistema nervioso de la persona percibe el mundo y reacciona a él, generando dificultades generales en la toma de decisiones y en regulación de la conducta, no solo alimentaria. Es decir, la anorexia nerviosa supone dificultades generales en la conducta y en el ajuste psicosocial de la persona, y es problemático verlo simplemente como un trastorno alimentario.

Causas y Desarrollo de la Anorexia Nerviosa

La anorexia nerviosa no es un problema en el que simplemente se "enferme" de la nada. Sucede algo distinto: se van desarrollando ciertas características propias del sistema nervioso de la persona que dificultan progresivamente la percepción y la conducta. En algún momento el sistema nervioso de la persona se ve desbordado y se pierde el control, manifestándose la conducta observable en anorexia nerviosa. Es decir, existe un componente biológico en la anorexia nerviosa, que puede manifestarse ante ciertos estresores, como ciertas épocas de dificultad personal, etc.

Estas características del sistema nervioso son tanto metabólicas (aspectos neuroendocrinos), como neurocognitivas (en la percepción y el procesamiento de la información), como afectivas (activación de circuitos de supervivencia). Esto implica que la anorexia nerviosa es en gran parte como el sistema nervioso de la persona percibe las cosas y reacciona a ellas, generando dificultades generales en la toma de decisiones y en regulación de la conducta, no solo alimentaria.

Existe por tanto un componente biológico muy claro, en primer lugar genético, pero también epigenético y ontogenético (desarrollo del sistema nervioso en el embarazo, durante la infancia, neuroadaptaciones al ambiente, etc). La anorexia nerviosa no se produce por tanto en un momento "cero", como pueda suceder con una enfermedad infecciosa, sino que es un proceso que se va desarrollando a lo largo de la maduración, siendo consecuencia por tanto de aspectos madurativos a nivel de neurodesarrollo. Encontramos como dificultades en la anorexia nerviosa en distintos niveles:

1. Neurocognitivo

Encontramos en la anorexia nerviosa un sistema nervioso con ciertas dificultades neurocognitivas en el procesamiento de la información:

Obsesividad, lo que implica que la persona tiene una tendencia a quedarse fijada en las cosas, que se expresa a nivel de pensamiento y conducta.

Rigidez, el procesamiento de la información (cognitivo, toma de decisiones...) sigue patrones inflexibles, existiendo una dificultad con el cambio de tarea y la adaptación flexible al feedback, por lo que encontramos personas a las que les cuesta adaptarse con flexibilidad a las cosas cotidianas de la vida. Esto se traduce en cogniciones inflexibles, conductas inflexibles, una tendencia a los rituales y la conducta perseverativa, con dificultad para el cambio.

Orientación al detalle a costa de la percepción global. Esto implica anteponer sistemáticamente la parte al todo, procesando las cosas desde lo particular y no desde el contexto general. Por ejemplo hay estudios que muestran que las personas con anorexia nerviosa comienzan a dibujar figuras por los detalles, en lugar de realizar trazos generales. Esto refuerza la tendencia a la obsesividad por los detalles (por ejemplo ciertas partes del cuerpo), en lugar de apreciar la globalidad (de aquí lo dismórfico...). La orientación al detalle es una característica neurológica perceptiva, que refuerza otras características como la rigidez o la obsesividad. Esta tendencia de anteponer la parte al todo es muy visible en las personas con anorexia nerviosa.

Dificultades en la planificación y en la toma de decisiones. Es decir, las personas con anorexia nerviosa presentan dificultades en lo que se conoce como función ejecutiva, que no están alejadas de las dificultades que tienen personas con TDAH, personalidad obsesivo-compulsiva, etc. A menudo la persona con anorexia nerviosa no tiene dificultad con la ingesta alimentaria per se, sino con la toma de decisiones de aquello que debe ingerir y es conflictivo con el sistema de reglas, siendo cercano al espectro autista.

Por tanto, las personas con anorexia nerviosa muestran distintos aspectos en el procesamiento de la información que se encuentran alterados y dificultan la toma de decisiones, creando una tendencia inflexible y reduccionista tanto a nivel cognitivo como de conducta. También existe una procedimentalización subcortical e implicaciones psicobiológicas en estos pacientes similares a una adicción. Sin embargo explicar esto sobrepasa en complejidad la pretensión de este artículo introductorio.

2. Afectivo

A nivel de características afectivas, encontramos:

Alta sensibilidad a la ansiedad, lo que implica que las personas con este tipo de trastorno tienen una alta tendencia a sentir aprensión y angustia como rasgo de su personalidad (alto rasgo de neuroticismo), con los simples sucesos diarios, más aún con aquello que les saca de su rutina o les genera obsesión, lo que les hace entrar en pánico con facilidad, por lo que las características afectivas se retroalimentan con las neurocognitivas reforzando los patrones reactivos, rígidos y perseverativos. Encontramos este aspecto en todos los trastornos de la alimentación, y en la anorexia nerviosa.

Dificultades en la consciencia interoceptiva: implica alteraciones percibiendo las señales internas en las personas con anorexia nerviosa (hambre, saciedad, emociones...), en el sentido del tacto (relacionadas con las dificultades en la percepción de la información somatosensitiva, la integración del esquema corporal), etc. Esto supone una dificultad perceptiva general, que a su vez dificulta la regulación emocional, del estado de ánimo, etc.

Todo lo anterior genera también dificultades perceptivas en la persona con anorexia nerviosa respecto a sí misma, en su consciencia como persona en el mundo (sentido del SELF), en la integración de su identidad, en su personalidad, etc. Estas alteraciones perceptivas en parte son neurocognitivas (hay evidencia de alteraciones en la metacognición y otros procesos involucrados en la consciencia de sí mismo), y pueden llegar a ser muy profundas. Muchas personas con anorexia nerviosa tienen alteraciones severas en la identidad y trastornos de personalidad.

3. Metabólico

También hay alteraciones metabólicas en los trastornos de la conducta alimentaria, consecuencia de la interacción entre el sistema nervioso autónomo, ejes endocrinos, etc, que forman parte de la anorexia nerviosa. Por ejemplo, el alto nivel de arousal psicomotor se debe a procesos neuroendocrinos (hormonales), relacionados con ciertos neurotransmisores (ej: orexinas...). Es decir, la alta actividad física o alta necesidad de movimiento muy frecuente en la anorexia nerviosa no es simplemente una actividad "voluntaria" persiguiendo un objetivo hedonista de belleza, sino una activación fisiológica del arousal psicomotor producida por vías metabólicas. Adicionalmente, las manipulaciones alimentarias y ponderales que la persona realiza con el peso corporal, suponen alteraciones metabólicas que descontrolan las señales endocrinas.

4. Ambiental

Entender la influencia del ambiente es bastante lejano a la visión de anorexia simplemente como problema cultural. La confusión entre el concepto de ambiente y cultura es altamente frecuente.

Dado que la principal función de nuestro sistema nervioso es reaccionar al ambiente, el ambiente dispara aquello a lo que las personas están biológicamente predispuestas. Los déficits madurativos se hacen más evidentes a medida que existe un ambiente más complejo de gestionar, que sobrepasa la capacidad de la persona. La edad muestra una relación estrecha con el desarrollo de la anorexia nerviosa. La adolescencia supone una edad en la que existe un cambio brusco en el cual la vida de niño, gestionada por los padres que hacen de función ejecutiva, cambia hacia una mayor autonomía en la que el niño debe utilizar su propia función ejecutiva, sumado a un aumento de responsabilidades, cambios en las conductas sociales y relacionales del círculo social del adolescente que son difíciles de comprender y gestionar, y que conllevan nuevas emociones que a la persona también le cuesta comprender y regular.

Por tanto, el ambiente juega un papel muy relevante en la anorexia nerviosa, pero no desde la visión simplista de un simple problema cultural, sino desde una influencia más global del ambiente como marco ecológico que actúa como estresor que desinhibe en las predisposiciones biológicas de las personas, sea con trastornos alimentarios como la anorexia, o con otro tipo de trastornos de conducta. Esto implica que promover un ambiente de seguridad (familia implicada, etc), es un factor importante para la recuperación de los trastornos de la alimentación, y la anorexia nerviosa.

Conceptos erróneos sobre Anorexia Nerviosa

La mayor parte de las cosas que se dicen sobre la anorexia nerviosa confunden síntomas y causas, o son frontalmente erróneas. La anorexia nerviosa es un trastorno cuya complejidad es apabullante, por tanto es dañino diseminar las ideas simplistas recurrentes.

  •   No es una mera preocupación estética por la imagen corporal

  •   No es un mero problema alimentario o de dieta

  •   No es un mero problema cultural (no hay evidencia de esto por mucho que se repita lo que todo el mundo quiere oir)

  •   No es un mero problema de emociones ("hambre emocional", "autoestima", etc).


Aunque todo el mundo quiera insistir en ello, la anorexia nerviosa es más una problemática a nivel de maduración del sistema nervioso y otros aspectos metabólicos, perceptivos y afectivos, que un simple problema cultural relacionado con el hedonismo y la belleza física. Tampoco debe tratarse a nivel de psicoterapia como es habitual en un trastorno de estado de ánimo, algo que sucede muy habitualmente.

Es fácilmente comprobable que la mayor parte de webs y recursos, incluídas webs de referencia y de clínicas y hospitales especializados, no hacen mucho más que repetir las mismas ideas estereotipadas, propagando la misma visión superficial del que bien puede ser el trastorno de mayor gravedad de toda la psiquiatría, tanto a nivel de mortalidad, proporción de suicidios, etc.

Resumen y Conclusión

La anorexia nerviosa debe verse como un trastorno ampliamente neurocognitivo, metabólico y afectivo en primer lugar. Las conductas observables como obsesividad con los alimentos, rituales, fobias somáticas, necesidad intensa de movimiento, etc, son síntomas ante todo de las dificultades de regulación del sistema nervioso. Factores ambientales que actúen como estresor (incertidumbre vital, dificultades familiares y sociales, etc), puede acentuar las respuestas afectivas y neurocognitivas de la anorexia, y con ello las dificultades en la regulación de la conducta. Por tanto, no podemos verlo como un simple problema alimentario. Aún más, aunque es fácil quedarse con lo más obvio de la manifestación corporal, en ocasiones la propia anorexia es un síntoma de un trastorno del espectro autista, que debe ser el diagnóstico primario y debe organizar la manera de abordar el caso.

En definitiva, la anorexia nerviosa no es un mero problema dietético, ni un mero deseo de delgadez o un simple problema de autoestima. La transformación recurrente de la anorexia nerviosa en psicología de autoayuda sobre "quererse mucho" o "aceptar la diversidad corporal" es todo lo frívolo que se pueda ser, y está haciendo un daño irreparable a personas muy vulnerables con problemas a menudo muy severos. No se deje confundir por los discursos sobre TCA que inundan las redes sociales para llamar la atención con populismo retórico: la anorexia nerviosa puede ser un problema muy grave y su etiología es de las más complejas de toda la salud mental.


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