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Enfoques evolutivos para entender el crimen

La delincuencia, es un "objetivo explicativo" problemático. Lo que constituye delito
está determinado por las normas y prácticas legales locales que, a su vez, han sido conformadas por procesos históricos y sociales.

En las ciencias sociales y del comportamiento forense, se destacan tres fenómenos importantes como fundamentales para los esfuerzos explicativos de los criminólogos y psicólogos:

1: Los hombres cometen más delitos que las mujeres, y tienen mayor participación en ofensas más serias.

2: Ofender está fuertemente correlacionado por edad, los adolescentes y adultos jóvenes son los que cometen más delitos.

3: La desventaja social está fuertemente relacionada con la ofensa, de tal manera que los individuos con un estatus socioeconómico más bajo están significativamente sobre representados entre los delincuentes. En muchos países, la delincuencia también está fuertemente relacionada con la etnicidad.

4: Los hombres son mucho más propensos a cometer homicidios que las mujeres, pero también los hombres son más propensos a ser víctimas de homicidios.

A nivel mundial, el 95% de las personas condenadas por homicidio y el 75% de las víctimas de homicidio son hombres.

El trabajo más reciente se ha centrado en una serie de variables biológicas y psicológicas que potencialmente pueden explicar por qué ocurre esto.

Primeramente, los hombres tienen, en promedio, menos capacidad de autorregulación o control, una mayor motivación para participar en actividades de alta intensidad y menores niveles de miedo en comparación con las mujeres.

Estas características están relacionadas con diferencias biológicas fundamentales entre hombres y mujeres en el funcionamiento neurobiológico, los niveles hormonales, el sistema de respuesta al estrés y la activación autonómica (por ejemplo, frecuencia cardíaca).

Evolutivamente, los rasgos que mejoran el éxito reproductivo de sus portadores proliferan en la población en relación con los rasgos menos exitosos.

Los machos tienden a competir más vigorosamente entre sí para el acceso a las mujeres y, como consecuencia, es más probable que sean más grande en tamaño y más agresivos.

Las hembras, en promedio, invierten más en la descendencia en comparación con los machos y son más determinantes en la supervivencia de la descendencia.
En los hombres, se favorecen los rasgos que promueven el éxito en competencia intra-sexual: mayor agresividad, características psicológicas que promueven una mayor toma de riesgos, búsqueda de sensaciones, dominio y la búsqueda de estatus social.

En última instancia, estas diferencias significan que los hombres, en promedio, deben estar más dispuestos a emplear la agresión para promover sus necesidades instrumentales, particularmente en contextos del mismo sexo, y estar más dispuestos a asumir riesgos (incluido cometer delitos) en la búsqueda de resultados que puedan promover el estatus social y por lo tanto el éxito del apareamiento. Los mayores niveles de testosterona median en la plasticidad neuronal hacia la consecución del éxito sexual.

* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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